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El significado de la disciplina en la práctica del Karate-do

El significado de la disciplina en la práctica del Karate-do

Como lograr “jikishin dojo nare”, es decir; “el corazón puro, es el dojo”

(Versione italiana in calce)

Como Sensei en Venezuela puedo decir que, muchos padres cuando inscriben a sus hijos en nuestra academia (o en cualquier escuela de artes marciales, en un modo más amplio) una de las razones es que su práctica les da disciplina, y es cierto, pero en realidad, ¿qué es la disciplina, o que entendemos por ella los que tenemos la responsabilidad de enseñar y lo que piensan los padres o practicantes  de Artes marciales?

En todo caso empecemos por manejar su definición: según Wikipedia:

“Disciplina (en su forma más simple) es la coordinación de actitudes, con las cuales se instruye para desarrollar habilidades más rápido, o para seguir un determinado código de conducta u orden”.

Según el diccionario:

“Conjunto de reglas de comportamiento para mantener el orden y la subordinación entre los miembros de un cuerpo o una colectividad en una profesión o en una determinada colectividad”.

También otra definición seria:

“Conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado”.

Normalmente es mucho de esta ultima definición, querer que exista un resultado…

Normalmente es mucho de esta ultima definición, querer que exista un resultado y que este sea positivo, en todo caso, es lo más deseable. Teniendo en cuenta que más o menos un inmenso porcentaje de alumnos de un Dojo son niños o adolescentes, a los que les son encausadas sus energías a través de la práctica de las artes marciales y (en este caso concreto, del Karate-do), en general, sin tener mucho en cuenta los estilos u organizaciones.

Lamentablemente la palabra disciplina, bajo ciertas premisas, tiende a tener una connotación negativa. Esto se debe a la necesidad de mantener el orden, es decir; que hayan garantías que las instrucciones o conductas se lleven a cabo. El orden es a menudo regulado a través de una sanción o castigo, y aquí es donde hay mucha tela que cortar; en la vida real la conducta de la sociedad se mantiene bajo control a través de las leyes y, el quebrantamiento de estas, implica una sanción o castigo.
En un taller de educación infantil con la psicóloga y coach venezolana Hilda Mar La Chica, aprendí que no hay que satanizar la palabra castigo y no confundir la disciplina con el maltrato; teniendo como premisa que el objetivo más elevado de las artes marciales (en concreto el Karate-do), es forjar un carácter; entramos en la idiosincrasia de las artes marciales japonesas, que están empapadas de su cultura y el concepto de reiho (etiqueta-modales), que envuelve su práctica y le da esas características que la hacen distinguirse de la práctica deportiva occidental (sin ánimo de hablar negativamente del deporte en general).

Desde el momento en que visto mi karate-gi y coloco mi cinturón (sin importar el grado) y pongo un pie en el tatami, asumo una identidad de grupo muy poderosa y me familiarizo con las normas propias de la práctica-
La relación sensei-senpai-kohai y el respeto de menor a mayor y de mayor a menor; crean una visión del mundo que solo un practicante entiende. El seguimiento de estas normas, se ha ido extendiendo progresivamente a otras áreas de la vida del estudiante, ya que, en un Dojo (en particular el Sensei), está formado para esto y tiene claro los objetivos de ayudar a desarrollar un carácter, más allá e independientemente del desarrollo deportivo en el cual el Karate-do está envuelto.
Personalmente me gusta enfocar el Karate-do como un arte marcial con una faceta deportiva y no un simple deporte de combate.

Pero volviendo al tema de la disciplina, me gusta el enfoque que a esta le da el conferencista internacional Japonés – Colombiano Yokoi Kenshi, en sus conferencias hay una dedicada a este tema llamada: “La disciplina batte linteligencia, en ella afirma que existen 3 factores que generan disciplina (los pongo en práctica diariamente y de verdad funcionan cuando logro combinar los 3), y estos son:

DISCIPLINA = Organización + Limpieza + Puntualidad

Tal como vemos allí, es la esencia de la cultura Japonesa que se extiende en todo Dojo, específicamente en la práctica marcial, y de allí a la vida diaria. De todas las definiciones esta es la que más me agrada, y sirve para ir formando en el estudiante, de manera sencilla, la práctica del concepto de la Disciplina; mas allá de seguir rigurosamente las normas de la clase. 

El orden es a menudo regulado a través de una sanción o castigo, y aquí es donde hay mucha tela que cortar…

Para que la disciplina exista, las 3 premisas deben cumplirse, es decir; si soy organizado y no soy limpio ni puntual no tengo disciplina, si soy puntual pero no soy limpio ni organizado no tengo disciplina y así cada una de las combinaciones posibles. La disciplina es un producto de la combinación y cumplimiento de estas 3:

  • Organización – Tan simple como colocar las cosas en un sitio previamente acordado para ello, un lugar especifico para guardar los zapatos o un lugar especifico para los libros o un lugar especifico para los documentos. 
  • Limpieza – No es solo mantener el aseo (que es importante no hay duda) sino eliminar todo aquello que ya no es útil; esto permite tener una mejor apreciación de todo lo que nos rodea, tener conciencia de la necesidad de la limpieza nos hace muy responsables de nosotros mismos y de nuestro entorno.
  • Puntualidad – Hay que admitirlo, para las personas de América latina, la puntualidad es muy difícil de cumplir y es clave para muchas cosas. La puntualidad tiene mucho que ver con el respeto al otro y es muy valorada en la cultura Japonesa (los que en algún momento hemos entrenado con maestros japoneses lo entendemos más aún), no solo tiene que ver con estar a tiempo para una cita, con cumplir una entrega, un trabajo o una asignación en el tiempo en que se exige; tiene que ver mucho con la responsabilidad de cumplir en el tiempo previsto lo que se ha prometido.

Bajo estas premisas me gusta presentar la disciplina, y que este enfoque sea el que el estudiante de Karate-do trate de seguir. Hay algo muy cierto y comprobable: si se quiere tener éxito en lo que nos propongamos, hay que tener disciplina; es imposible tener algún tipo de éxito sin ella, y un excelente método para conseguirlo es a través de la practica marcial.
Si se entiende correctamente el proceso y si nos enfocamos más allá del dominio técnico físico, de la competición, de los límites del dojo, e intentamos interiorizar y lograr jikishin dojo nare el corazón puro es el Dojo, conseguiremos reflejarlo en la vida diaria siendo mejores día tras día gracias a la disciplina y, teniendo esta, siempre tendremos éxito en cada faceta de nuestra vida.

 


 

Il significato della disciplina nella pratica del Karate-do

Come realizzare “jikishin dojo nare” ossia “il cuore puro è il dojo”.

 

Come Sensei in Venezuela posso dire che, quando molti genitori iscrivono i loro figli nella nostra scuola o in qualsiasi scuola di arti marziali, uno dei motivi è che la loro pratica dà “disciplina” ed è vero, ma in realtà, cos’è la disciplina? O cosa significa per coloro che hanno la responsabilità di insegnare? Che cosa pensano i genitori o i professionisti di arti marziali?

Partiamo della sua definizione secondo Wikipedia:

“Disciplina (nella sua forma più semplice) è il coordinamento delle attitudini che sono istruite per sviluppare le competenze più velocemente, o per seguire un determinato codice di condotta e di ordine”.

Secondo il dizionario:

“Serie di regole di comportamento per mantenere l’ordine e la subordinazione tra i membri di un corpo o di una comunità; in una professione o in una particolare collettivitá”.

Un’altra definizione potrebbe essere:

Insieme di una serie di regole o norme, la cui conformitá o il loro svolgimento in modo constante portano a ottenere un certo risultato.

“Normalmente con il termine disciplina ci si riferisce molto di piú … al fatto di volere che ci sia un risultato”.

Normalmente con il termine disciplina ci si riferisce molto di piú a  quest’ultima definizione, ossia al fatto di volere che ci sia un risultato, che sia positivo e che comunque sia la cosa più desiderabile – considerando che più o meno una grande percentuale di studenti di un dojo sono bambini o adolescenti che concentrano le loro energie attraverso la pratica delle arti marziali (in questo caso specifico di Karate-do) in un modo molto generico e senza tenere tanto in conto né di stili né di organizzazioni.

Purtroppo, la parola disciplina in determinate situazioni tende ad avere una connotazione negativa. Ciò è dovuto alla necessità di mantenere l’ordine e di garantire che le istruzioni o i comportamenti siano eseguiti. L’ordine è spesso regolato attraverso una sanzione o una punizione ed è proprio a questo punto che c’è molto da dire. Nella vita quotidiana, il comportamento sociale è tenuto sotto controllo attraverso le leggi e la violazione di queste comporta appunto una sanzione o una punizione.
In un seminario di formazione di prima infanzia, con la psicologa e allenatrica venezuelana Hilda Mar la Chica, ho imparato a non demonizzare la parola “punizione” e  a non confondere la “disciplina” con l’abuso; con la premessa che l’obiettivo più alto delle  arti marziali, in particolare del Karate-do, è quello di forgiare il carattere. A questo punto entriamo nelle idiosincrasie delle arti marziali giapponesi che sono immerse nella propria cultura e nel concetto di reiho (etichetta-morale) che circonda questa pratica, dando quelle caratteristiche che la rendono distinguibile dagli sport occidentali (senza voler parlare negativamente dello sport in generale).

Dal momento in cui indosso il mio karate-gi, metto la mia cintura (indipendentemente dal livello) e metto un piede sul tatami, assumo un’identità di gruppo molto possente e mi familiarizzo con le regole  proprie di questa pratica.
La relazione sensei-senpai-kohai e il rispetto “dal basso all’alto” e viceversa, creano una visione del mondo che solo un praticante capisce. La sequela di queste regole si estende progressivamente in altre aree della vita dello studente e, certamente, in un dojo il Sensei è addestrato e ha chiari gli obiettivi per aiutare a sviluppare il carattere, al di là dello sviluppo sportivo in cui è coinvolto il Karate-do.
Personalmente, mi piace definire il Karate-do come un’arte marziale con un lato sportivo e non come un semplice sport da combattimento. 

Tornando al tema della disciplina, mi piace l’approccio dato dal relatore internazionale giapponese – colombiano Yokoi Kenshi, tra le sue varie conferenze ce n’è una proprio su questo argomento, si intitola: “La disciplina batte linteligencia, dove conferma l’esistenza di 3 fattori che generano disciplina (li ho messi in pratica quotidianamente e davvero funzionano quando riesco a combinarli tutti e 3):

DISCIPLINA = Organizzazione + Pulizia + Puntualità

La disciplina è l’essenza della cultura giapponese che si estende in tutto il dojo, in particolare, nella pratica marziale e da lì alla vita quotidiana. Di tutte le definizioni questa è quella che mi piace di piú e serve per iniziare a formare lo studente, in un modo semplice, alla pratica del concetto di disciplina, attenendosi scrupolosamente alle norme della classe. 

L’ordine è spesso regolato attraverso una sanzione o una punizione ed è proprio a questo punto che c’è molto da dire…

Perché la disciplina esista, devono essere soddisfatte le 3 premesse e cioè: se sono organizzato e non sono pulito o puntuale non ho disciplina, se sono puntuale, ma non sono pulito o organizzato, non ho disciplina… e così succede con tutte le possibili combinazioni.
La disciplina è la combinazione e la realizzazione di questi 3 elementi:

  • Organizzazione – Semplicemente si tratta di posizionare le cose in un luogo stabilito precedentemente, ad esempio: un posto specifico per riporre le scarpe, i libri o i documenti.
  • Pulizia – Non si tratta soltanto di mantenere l’igiene personale (che è importante senza dubbio), ma di eliminare tutto ciò che non è più utile, permettendo un migliore apprezzamento di tutto ciò che ci circonda. Essere consapevoli della necessità di pulizia ci rende molto responsabili, di noi stessi e del nostro intorno.
  • Puntualità – Ammettiamolo, per le persone in America Latina la puntualità è molto difficile da realizzare… Essa è la chiave per molte cose, la puntualità ha molto a che fare con il rispetto per gli altri ed è molto apprezzata nella cultura giapponese (quelli che, a un certo punto, si sono formati con insegnanti giapponesi lo capiscono ancora di più). Puntualità non solo significa essere in tempo per un appuntamento, realizzare una consegna, un lavoro o un incarico nel momento in cui è richiesto, la puntualitá ha molto a che fare con la responsabilità di rispettare nei tempi previsti quello che è stato promesso.

In queste premesse mi piace partire dalla disciplina e che sia questo l’approccio che lo studente di Karate-do cerchi di seguire.
Una cosa è molto certa e verificabile: se vuoi avere successo in quello che ti proponi, devi avere disciplina; è impossibile avere qualunque tipo di successo senza di essa e un metodo eccellente per raggiungerlo è attraverso la pratica marziale, se il processo è capito correttamente e se ci concentriamo al di là del dominio tecnico fisico, al di là della competizione e oltre i confini del Dojo.
Dobbiamo concentrarci per interiorizzare e raggiungere jikishin dojo nare, “il cuore puro è il Dojo”, e quindi rifletterlo nella vita quotidiana, che significa essere meglio giorno dopo giorno grazie alla disciplina e, avendo questo, si avrà sempre successo in ogni aspetto della nostra vita.

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