728 x 90

Beneficios de la competición deportiva en el Karatedo

Beneficios de la competición deportiva en el Karatedo

Cuando era un joven Sensei de karatedo tenía una visión del entrenamiento muy espartana y “vieja escuela”.

(English version below – Versione italiana in calce)

Cuando era un joven Sensei (ya hace unos cuantos años) tenía una visión del entrenamiento muy espartana y “vieja escuela”: debía ser duro y fuerte (si el entrenamiento no era soportado por el alumno… mala suerte para él). Por supuesto la amplitud del Karatedo como método integral de entrenamiento (sin importar el estilo) daba para eso, en esa etapa de mi vida como Sensei el perfeccionamiento técnico era lo primordial sin tomar en cuenta otras cosas, se podría decir que tenía una visión poco clara de lo que debía ser un Sensei, también en esa etapa mi Dojo era muy pequeño y mi cantidad de estudiantes también (hace 22 años atrás). En esa época tenía solamente 16 alumnos, divididos en dos turnos 9 alumnos a una hora y 7 alumnos en otra, prácticamente eran clase personalizadas. En ese momento no sabía de planificación y todo era según lo que me parecía en el momento. Cuando se presentó la oportunidad de dar clases a un local más grande, con más alumnos y más horarios, todo cambió (fue el momento en que nos mudamos al Club Italo Barquisimeto ,donde actualmente seguimos trabajando y nace el Dojo Yamabushi).

Se podría decir que tenía una visión poco clara de lo que debía ser un Sensei.

Para ese momento era alumno del Sensei Yoe Puerta (un excelente técnico, una excelente pedagogía, en su juventud fue selección nacional de Kata y buen combatiente con una gran experiencia en karate competitivo), yo era su alumno, paralelamente daba clases y entrenaba. El Sensei Yoe me motivó a competir tanto en kata como en combate. En ese momento la competición no era algo que me apasionara mucho, en el fondo soy de los que le gusta el Budo Karate do, con aplicaciones efectivas, como método de auto superación y defensa personal (aún conservo ese enfoque) pero bajo la instrucción del Sensei Yoe aprendí algo muy cierto y por eso la competición actualmente tiene un buen lugar entre los elementos que componen el curriculum de nuestras clases.

¿Como se pueden medir la habilidad técnica del alumno, su evolución, aprendizaje y arrojar un resultado que se puede observar y evaluar objetivamente?
La respuesta: La competición, si esa actividad deportiva que yo cuestionaba tanto, pensaba… en la competición las técnicas más eficaces para defensa (patadas bajas, ataques al rostro, derribos en distancia corta, codazos y un largo ect.) no pueden usarse. ¿Con esas limitaciones será bueno competir?
Y con esas dudas preparé un grupo influenciado por las palabras y el consejo de mí Sensei (en esa etapa de mi vida marcial), preparé 20 atletas (si atletas, entendiendo como tal aquel practicante que representa una escuela, una región o un país en un evento deportivo). De los 20 ninguno logro ganar ni siquiera el primer combate, sus kata tampoco fueron ganadoras. Como Sensei me sentí aplastado, devastado y el resultado me hizo cuestionar todo lo que enseñaba. Fue una fuerte lección como Sensei, pero como Budoka hay que aceptar con humildad cada situación adversa y objetivamente buscar la solución concreta. El Sensei Yoe tenía razón: sirvió para evaluar objetivamente y observar la realidad.

Compitiendo en Kata
En Venezuela (mi país) el Karate do competitivo tiene un gran y extraordinario desarrollo en todas sus modalidades, con las reglas de JKA, WKF y KYOKUSHIN; en mi caso hacemos Shito Ryu y participamos bajo las reglas WKF (también soy arbitro regional bajo este reglamento).
Lo primero que observé en este campeonato fue que, durante la ejecución de las Kata, no las hacían con fuerza, no con seguridad que era lo que no se había hecho bien?
Mi maestro de Kobudo, Hanshi Anthony Márquez (también gran maestro de Goju Ryu Karate do), siempre decía: “Para ser campeón de kata primero hay que ser campeón de kihon waza (técnicas básicas)”, eso era lo primero que teníamos que hacer. El asunto es hacerlo de forma dinámica, pues si es muy repetitivo el alumno occidental entra en el aburrimiento.
La ventaja de competir es que motiva mucho al aprendizaje, sobre todo en edades tempranas (de 4 a 9 años), donde no comprenden mucho la utilidad de las kata, más allá de ser un ejercicio necesario de aprender para obtener un grado, aprovechando la competitividad innata de estas edades.

Compitiendo en Kumite
Estamos totalmente claros que el shiai kumite (combate deportivo) no es defensa personal (goshindo), pero conserva elementos comunes con esta y como Sensei debemos conocer:

  • En una situación de defensa personal y en torneo yo no escojo a mi adversario. 
  • En una situación de defensa personal y en torneo hay nerviosismo e incertidumbre: hay que enfrentar el temor a lo desconocido y este puede llegar a paralizar al karateka en un momento dado, haciendo imposible reaccionar ante una agresión. La ventaja de competir es que expone al karateka a este temor y, enfrentándolo en un ambiente controlado por un reglamento y elementos de seguridad, lo ayuda a enfrentar y superar lo desconocido.
  • En una situación de defensa personal y en torneo debo aprender a adaptarme a todo tipo de adversarios, saber qué hacer con los elementos técnicos aprendidos y resolver sobre la marcha ante un ataque inesperado.

La victoria trae confianza y la derrota trae aprendizaje.

Como sabemos, en todo combate deportivo debemos cumplir con un reglamento (creado como elemento de seguridad) y se logran desarrollar las siguientes habilidades que pueden extrapolarse a la defensa personal:

  • Descubrir lo que funciona y lo que no funciona en concreto sin llegar a lesionarse. 
  • Propiciar el auto análisis de la mano del Sensei y preparar un plan de trabajo para mejorar, obteniendo responsabilidad de si mismo.
  • Propicia mucho al trabajo enfocado en el logro de objetivos técnicos puntuales.
  • Fortalece la auto estima y el carácter… más allá del resultado, pues la victoria trae confianza y la derrota trae aprendizaje.

Con respecto al carácter y auto superación que beneficios trae el shiai kumite:

  • El impetuoso, el agresivo y el desobediente debe cumplir con las reglas si quiere ganar.
  • El tímido, el inseguro y el meditativo debe reaccionar si quiere ganar.
  • El impulsivo debe saber calmarse y actuar acorde si quiere ganar.

Todas estas habilidades son extrapolables a la vida diaria del karateka, cuando un alumno se destaca como competidor puede ser un modelo a seguir por sus compañeros y motivarlos al logro (respetando las diferencias de cada estudiante).

Todos estos elementos son mesurables, medibles y observables, solo requiere atención y planificación entre el Sensei, padres y alumnos. Un calendario competitivo nos obliga a los Sensei a ser más profesionales en función de nuestra estructura de clase, planificación y logro de objetivos, a tener mayor integración con los estudiantes y a profundizar en temás como preparación física, psicología deportiva, coaching y PNL (Programación Neurolingüística). A la larga se pueden lograr muchas satisfacciones, el saber que el estudiante acepta un reto y lo vence, más allá del resultado.

Todo tiene su lado positivo y también su lado negativo y como creyentes del Budo Karate hay situaciones que no debemos permitir:

  • Cuando un alumno se convierte en campeón no hay que dejar que el ego lo haga sentirse superior a sus compañeros o a sentirse invencible.
  • Muchos padres se proyectan a través de los logros deportivos y académicos de sus hijos y, cuando este no logra ganar como ellos quieren, entran en conflicto con el Sensei. 
  • Que todas las clases estén orientadas hacia la competencia y dejar a un lado los demás elementos y técnicas que limitan la habilidad de un karateka para saber moverse en cualquier situación.

Así como existe el Yin y el Yang (nada es totalmente malo ni nada es totalmente bueno), la competición en Karatedo es una realidad que existe y no se puede ignorar. Como todo en la vida tiene sus aspectos positivos y negativos, que como Sensei debemos saber darle su lugar y equilibrio en la práctica regular, como un elemento más en la agenda de la clase se puede lograr muy buenos resultados. 

La competición en Karatedo es una realidad que existe y no se puede ignorar.

El antiguo Karate Jitsu de Okinawa era específicamente para defensa personal sin clases grupales, sin grados, para adultos y rara vez aprendían niños y mujeres. Evolucionó al Karatedo con una visión más amplia y universal, con desarrollo del carácter de aprender a superar obstáculos conocer nuestras limitaciones y aprender a superarlas en el debido proceso y perfeccionamiento continuo (kaizen). 

La competición ayuda mucho en esto, sobre todo a los más jóvenes y, cuando llega la edad de madurar, el Karatedo ayuda a entender el significado del Do, cuando la etapa competitiva sea superada por la edad, y entra la comprensión profunda del verdadero Karatedo, más allá del estilo. En este proceso también como Sensei crecemos y evolucionamos junto a nuestros estudiantes: la verdadera razón de ser un Sensei, no pensar en que todo tiempo pasado fue mejor, en realidad nuestro tiempo actual es simplemente diferente.

 


 

The benefits of competition in Karatedo

When I was a young #karatedo Sensei I used to have a very rigorous and “old school” vision of training.

When I was a young Sensei, more than a few years ago, I used to have a very rigorous and “old school” vision of training: it had to be hard and strong (and if it was not borne by the student… too bad for him). Of course, the vastness of Karatedo as an integral method of training, regardless of the style, lent itself well in that phase of my life as a Sensei, in which technical improvement was essential, compared to other things. One could say that I had an unclear vision of how a Sensei should be, also because, at that time, my dojo was very small, as my students only a few. At that time, 22 years ago, I only had 16 students divided into two shifts, 9 students in one class and 7 in another: they were practically customized classes. I didn’t know anything about planning and used to do what I thought was best at the time. When the opportunity came along to give lessons in a larger place, with more students and for more hours, everything changed – this was the moment when we moved to the Club Italo Barquisimeto, where we currently continue to work and where the Dojo Yamabushi was born.

One could say that I had an unclear vision of how a Sensei should be.

At that time I was a student of Sensei Yoe Puerta: an excellent technician, with excellent pedagogy. In his youth, he had been in the national selection of Kata and was a good fighter with a great experience in competitive karate. I was his pupil, but at the same time, I used to give classes and train. Sensei Yoe motivated me to compete in both kata and combat, even though I was not really into competition at the time: after all, I am one of those who like Budo Karate do, with actual applications, such as self-improvement and self-defense (and I still maintain this approach), but under the guidance of Sensei Yoe I learned something very true and that’s why the competition now holds an important place among the elements that make up the curriculum of our classes in the dojo.

So, how can you measure the student’s technical ability, his/her evolution and learning process, and give a result that can be observed and evaluated objectively? I was thinking… if in competition the most effective techniques for defense (low kicks, facial attacks, use of elbows short-distance, etc.) cannot be used, will it make sense to compete with these limitations?
With these doubts, at that stage of my martial art life, and influenced by the teachings and advice of my Sensei, I prepared a group of 20 athletes (athlete meaning a practitioner who represents a school, a region or a country in a sporting event). Out of all of them, no one was able to win even the first fight, nor the kata race… As Sensei I felt annihilated, devastated, and the result made me question everything I taught. As a Sensei it was a hard lesson, but as a budoka you have to humbly accept any adverse situation and look objectively for the concrete solution. Sensei Yoe was right: all this served me to be able to evaluate objectively and to observe the reality.

Competing in kata
Sport Karate is experiencing in Venezuela (my country) an extraordinary development in all its forms at the moment, with the rules of JKA, WKF and Kyokushin; we do Shito Ryu and participate according to the rules WKF (I am also regional referee under these rules).
The first thing I noticed in this championship was that, during the execution, katas were not executed with force, nor with the certainty that it was done well.
My Kobudo master, Hanshi Anthony Márquez (also an excellent master of Goju Ryu Karatedo), always said: “To be a kata champion, first you have to be a kihon waza champion”, which was the first thing we had to do. The point is to do it dynamically, because, if it is very repetitive, the Western student gets bored.
The advantage of competing is that it stimulates the learning process, especially at an early age (4-9 years), when students do not understand the usefulness of katas very well beside them being an exercise to be learned to get to the next degree, but one can take advantage of their innate competitiveness at this stage.

Competing in kumite
We are absolutely convinced that the shiai kumite (sports combat) is not self-defense (goshindo), but still has elements in common with the latter and, therefore, as Sensei we must know that:

  • In a situation of self-defense and in a tournament, I do not choose my opponent.
  • In a situation of personal defense and in a tournament there is nervousness and uncertainty: you have to face the fear of the unknown and this may, at a given time, paralyze the karateka, making it impossible to react to an attack. The advantage of competition is that it exposes the karateka to this fear, but dealing with it in an environment controlled by regulations and safety elements will help him/her to overcome it.
  • In a situation of self-defense and in a tournament, I must learn to adapt to all types of opponents, I have to know what to do with the technical elements I learned and solve on the fly an unexpected attack.

Victory brings confidence and defeat brings learning.

As we know, in all sports fights we have to comply with a regulation (created as a safety element). The following skills can be developed and extrapolated for self-defense:

  • Find out what works and what does not work in practice without getting hurt. 
  • Propitiate self-analysis with the Sensei and prepare a work plan to improve, taking responsibility for myself.
  • It is very conducive to the work to focus it on achieving specific technical goals. 
  • Racing strengthens one’s self-esteem and character, beyond the specific result, because victory brings confidence and defeat brings learning.

As for character and self-improvement, here are the possible benefits of shiai kumite:

  • The impetuous, aggressive or disobedient student must respect the rules if he/she wants to win.
  • The shy, insecure or meditative student must react if he/she wants to win.
  • The impulsive student must know how to calm down and act accordingly if he/she wants to win.

All these skills are visible in the daily life of a karateka and when a student distinguishes him/herself as an athlete, he/she can become a model to be followed by his/her peers and motivating them (always respecting the differences of each student).

All these elements are measurable and observable, they only require attention and planning between Sensei, parents and students. A calendar for competitions forces the Sensei to be more professional, depending on the structure of his/her classes and on the planning and achievement of objectives, as well as to better integrate with the students and to deepen topics such as physical preparation, sports psychology, training and, perhaps, NLP (Neuro-Linguistic Programming). In the long run, you can get a lot of satisfaction, knowing that the student accepts a challenge and wins, beyond the result.

Everything has a positive and a negative side, therefore, if we follow the Budo Karate, there are situations that we must not allow to arise:

  • A student becoming a champion and the Sensei letting his or her ego make him or her feel superior to other classmates or feel invincible.
  • Parents projecting themselves through their children’s sporting and academic achievements and coming into conflict with the Sensei when their kids do not succeed in winning as they would like. 
  • All classes being oriented towards competition, leaving aside the other elements and techniques, thus limiting the ability of a karateka to know how to move in any situation.

Just as in Yin and Yang nothing is totally bad or totally good, so in karatedo competition is a reality that exists and cannot be ignored. Everything in life has positive and negative aspects and, as Sensei, we must know how to give them their place and balance them out in the regular practice.

In karatedo competition is a reality that exists and cannot be ignored.

The ancient Jitsu Karate of Okinawa was specific for self-defense, without group classes, without grades and targeted to adults (children and women rarely learned), and only later evolved into Karatedo, with a broader and universal vision. It later developed the aspects of personality: learning to overcome obstacles, knowing one’s own limits and learning to go beyond, in the right process, and continuous improvement (kaizen). 

Competition teaches a lot of this, especially to the youngest, and, when the age comes to mature the Karatedo, it helps to understand the meaning of the Do, when by age you go beyond the stage of competition and you enter a deeper understanding of the true Karatedo, beyond the style. In this process, as Sensei too, we grow and evolve together with our students: therefore, being a Sensei also means not thinking that past times used to be better, indeed the present is simply different.

 


 

I benefici della competizione sportiva nel Karatedo

Quando ero un giovane Sensei di karatedo avevo una visione dell’allenamento molto spartana e “vecchia scuola”.

Quando ero un giovane Sensei, ormai qualche anno fa, avevo una visione dell’allenamento molto spartana e “vecchia scuola”: l’allenamento doveva essere duro e forte (e se l’allenamento non era sopportato dall’allievo… peggio per lui). Naturalmente la vastità del Karatedo, come metodo integrale di allenamento, indipendentemente dallo stile, si prestava bene in quella fase della mia vita di sensei, in cui il miglioramento tecnico era fondamentale rispetto ad altre cose. Si potrebbe dire che avevo una visione poco chiara di quello che dovrebbe essere un sensei, anche perché in quel periodo il mio dojo era molto piccolo, come il numero di studenti. A quel tempo, ventidue anni fa, avevo solo 16 studenti divisi in due turni, 9 studenti a un’ora e 7 studenti in un’altra, erano praticamente classi personalizzate. Allora non sapevo alcunché di pianificazione e facevo come mi sembrava meglio in quel momento. Quando si presentò l’opportunità di dare lezioni in un luogo più grande, con più studenti e più orari, tutto cambiò (fu il momento in cui ci trasferimmo al Club Italo Barquisimeto, dove al momento continuiamo a lavorare e dove nacque il Dojo Yamabushi).

Si potrebbe dire che avevo una visione poco chiara di quello che dovrebbe essere un sensei.

All’epoca ero uno studente di Sensei Yoe Puerta (un ottimo tecnico, con una pedagogia eccellente, in gioventù era stato nella selezione nazionale di Kata ed era un bravo combattente con una grande esperienza nel karate competitivo), ero suo allievo, ma parallelamente davo lezioni e mi allenavo. Sensei Yoe mi motivava a competere sia nel kata sia nel combattimento, anche se allora la competizione non mi appassionava molto, in fondo, sono uno di quelli a cui piace il Budo Karate do, con applicazioni effettive, come metodo di auto-miglioramento e autodifesa (e mantengo ancora questo approccio), ma sotto la guida del Sensei Yoe ho imparato qualcosa di molto vero ed è per questo che la competizione ha ora un buon posto tra gli elementi che compongono il curriculum delle nostre classi nel dojo.

Allora, come si possono misurare l’abilità tecnica dello studente, la sua evoluzione, l’apprendimento e dare un risultato che possa essere osservato e valutato obiettivamente? E pensavo… se nella competizione le tecniche più efficaci per la difesa (calci bassi, attacchi al viso, uso dei gomiti a breve distanza etc.) non possono essere utilizzate, con queste limitazioni sarà bene competere?
Con questi dubbi, in quella fase della mia vita marziale, e influenzato dagli insegnamenti e dai consigli del mio Sensei, preparai un gruppo di venti atleti (se per atleta s’intende un praticante che rappresenta una scuola, una regione o un paese in un evento sportivo). Dei venti nessuno riuscì a vincere neanche il primo combattimento e nemmeno vinsero la gara di kata… Come Sensei mi sentii annientato, devastato, e il risultato mi fece mettere in discussione tutto ciò che insegnavo. Come sensei fu una lezione dura, ma come budoka bisogna accettare umilmente ogni situazione avversa e cercare in modo oggettivo la soluzione concreta. Sensei Yoe aveva ragione, tutto ciò mi servì per saper valutare obiettivamente e per osservare la realtà.

La gara di kata
Il Karate sportivo in Venezuela (il mio paese) ha un grande e straordinario sviluppo in tutte le sue modalità, con le regole di JKA, WKF e Kyokushin; noi facciamo Shito Ryu e partecipiamo secondo le regole WKF (sono anche arbitro regionale secondo queste regolamento).
La prima cosa che notai in quel campionato era che, durante l’esecuzione, i kata non li facevano con forza, non con la certezza che fosse fatto bene.
Il mio maestro di Kobudo, Hanshi Anthony Márquez (anche grande maestro del Goju Ryu Karatedo), diceva sempre: “Per essere campione di kata prima devi essere campione di kihon waza, che è stata la prima cosa che dovevamo fare. Il punto è quello di farlo in modo dinamico, perché se è molto ripetitivo lo studente occidentale si annoia.
Il vantaggio di competere è che motiva molto l’apprendimento, soprattutto in età precoce (4-9 anni), dove gli allievi non capiscono molto l’utilità dei kata, ma si approfitta della competitività innata a questa età, oltre al fatto di essere un esercizio da imparare necessariamente per ottenere il grado successivo. 

La gara di kumite
Siamo assolutamente convinti che lo shiai kumite (combattimento sportivo) non è autodifesa (goshindo), ma ha comunque degli elementi in comune con quest’ultima e, quindi, come Sensei dobbiamo sapere che:

  • In una situazione di autodifesa e di torneo non scelgo il mio avversario.
  • In una condizione di difesa personale e in un torneo ci sono nervosismo e incertezza: si deve affrontare la paura dell’ignoto e questo può arrivare, in un dato momento, a paralizzare il karateka, rendendo impossibile reagire a un’aggressione. Il vantaggio della competizione è che espone il karateka a questa paura, ma il fatto di affrontarla in un ambiente controllato da un regolamento e da elementi di sicurezza, lo aiuterà a superarla.
  • In una situazione di autodifesa e in un torneo devo imparare ad adattarmi a tutti i tipi di avversari, sapere cosa fare con gli elementi tecnici appresi e risolvere al volo un attacco inaspettato.

La vittoria porta fiducia e la sconfitta porta apprendimento.

Come sappiamo, in tutti i combattimenti sportivi dobbiamo rispettare un regolamento (creato come elemento di sicurezza), per cui possiamo sviluppare le seguenti competenze, che possono essere estrapolate anche per l’autodifesa:

  • Scoprire cosa funziona e cosa non funziona concretamente senza arrivare a farsi male. 
  • Propiziare l’autoanalisi per mano del Sensei e preparare un piano di lavoro per migliorare, assumendo la responsabilità di se stessi.
  • È molto propizio al lavoro incentrarlo sul raggiungimento di obiettivi tecnici specifici.
  • Gareggiare rafforza l’autostima e il carattere al di là del risultato, perché la vittoria porta fiducia e la sconfitta porta apprendimento.

Per quanto riguarda il carattere e l’auto-miglioramento ecco i possibili benefici dello shiai kumite:

  • Il carattere impetuoso, aggressivo o disobbediente deve rispettare le regole se vuole vincere.
  • Il timido, l’insicuro o il meditativo deve reagire se vuole vincere.
  • L’impulsivo deve sapersi calmare e agire di conseguenza se vuole vincere.

Tutte queste abilità sono visibili nella vita quotidiana del karateka e quando uno studente si distingue come atleta può diventare un modello da seguire da parte dei propri coetanei, motivandoli a raggiungerlo (sempre rispettando le differenze di ogni studente).

Tutti questi elementi sono misurabili e osservabili, richiedono solo attenzione e pianificazione tra Sensei, genitori e studenti. Un calendario agonistico costringe i Sensei a essere più professionali a seconda della struttura della loro classe, della pianificazione e del raggiungimento degli obiettivi; ad avere una maggiore integrazione con gli studenti e ad approfondire argomenti come la preparazione fisica, la psicologia sportiva, l’allenamento e, magari, la PNL (Programmazione Neuro Linguistica). Nel lungo periodo si possono ottenere molte soddisfazioni, sapendo che lo studente accetta una sfida e vince, oltre il risultato.

Tutto ha un lato positivo e uno negativo, perciò, se seguiamo il Budo Karate, ci sono situazioni che non dobbiamo permettere:

  • Quando uno studente diventa un campione, non si deve lasciare che l’ego lo faccia sentire superiore ai compagni di classe o si senta invincibile.
  • Molti genitori si proiettano attraverso i risultati sportivi e accademici dei loro figli e quando questi non riescono a vincere come loro vorrebbero, entrano in conflitto con il Sensei. 
  • Che tutte le classi siano orientate alla competizione, lasciando da parte gli altri elementi e le tecniche, limitando così la capacità di un karateka di sapersi muovere in ogni situazione.

Proprio come nello Yin e Yang niente è totalmente cattivo né totalmente buono, così nel karatedo la competizione è una realtà che esiste e che non può essere ignorata. Tutto nella vita ha degli aspetti positivi e negativi che, in qualità di Sensei, dobbiamo sapere come dar loro posto ed equilibrio nella pratica regolare.

Nel karatedo la competizione è una realtà che esiste e che non può essere ignorata.

L’antico Jitsu Karate di Okinawa era specificamente per autodifesa, senza classi di gruppo, senza voti, per adulti (bambini e donne raramente imparavano), si evolse poi in Karatedo con una visione più ampia e universale. Sviluppò gli aspetti del carattere: imparare a superare gli ostacoli, conoscere i propri limiti e imparare ad andare oltre, nel giusto processo, e il perfezionamento continuo (kaizen). 

La competizione insegna molto di tutto ciò, soprattutto ai più giovani, e quando arriva l’età per maturare il Karatedo aiuta a capire il significato del Do, quando per età si supera la fase della competizione e si entra nella comprensione profonda del vero Karatedo, oltre lo stile. In questo processo anche come Sensei cresciamo ed evolviamo insieme ai nostri studenti, perciò, essere un Sensei significa anche non pensare che tutto il tempo passato sia il migliore, in realtà il tempo presente è semplicemente diverso.

Ti potrebbe interessare anche:

Articoli recenti

I più letti

Top Autori